Lo único constante en el universo, es el cambio. Todo y todos en esta vida cambiamos; cambiamos para crecer, para evolucionar, y esto tiene unos costos, que en muchas ocasiones se ven como pérdidas, pero que en realidad son una inmensa ganancia, ganamos experiencia y sabiduría.
Despegarnos de cosas, e incluso de sentimientos, para afianzar y permitir que otros nuevos lleguen siempre será una ganancia. Lo importante es nunca hacerle daño a los demás con nuestra evolución. Aceptar es, tal vez, la clave de la felicidad, pues nos libera de cargas emocionales y hasta físicas.
Con esto los invito a darle la bienvenida a los cambios que ya son una realidad en Calucé. El primer cambio es aceptar a Calucé como nuestro nuevo hogar, con todo lo que esto implica, nuevos amigos, nuevas rutinas, espacios diferentes, nueva alimentación, etc.
El proyecto nuevo nos trae incertidumbre a todos, pero estoy seguro que los cambios traerán consigo muchos beneficios, pues la esencia nos acompañará, que es la calidez en el servicio basada en el respeto por las personas, y los amplios y generosos espacios verdes, sumado a una arquitectura pensada en el agrado y la eficiencia; pensando en la comodidad de nuestros huéspedes y colaboradores, y en el medio ambiente que nos pertenece.
Continuaremos generando BienEstar aumentando nuestras capacidades y creando más puestos de trabajo dónde los “pacientes” podamos seguirnos realizando como personas de bien.
*Paciente, es todo aquel que sirve con paciencia, paz y pasión, teniendo como propósito de vida el servicio.