La música es en sí, un perfume para el alma, la vida y el corazón. Una actividad en la que el oído y el corazón se conectan con la historia y con el amor.
Adicional a las charlas musicales, el sencillo acto de escuchar el piano, u otros instrumentos musicales, nos puede transportar al disfrute de aquellas canciones que hacen parte de la banda sonora de la vida. Una amena conversación sobre los detalles que esta nos ofrece, acompañados al dulce sonido deleita y da vigor para disfrutar de un día de amena compañía en comunidad.