Nuestros Peludos, Cómplices y Amigos - Calucé Senior Living | Hogar para Adultos Mayores en Chía
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03
05
2015

Nuestros Peludos, Cómplices y Amigos

Por Calucé 0

“Vivo en un bucólico paraíso en las cercanías de Bogotá. Pequeños apartamentos rodeados de jardines, flores y árboles. Atienden nuestras necesidades unas hadas madrinas, que con amorosa abnegación procuran aliviar los dolores y angustias propios de nuestra edad. Compartimos esta especie de ‘complejo catano’ con animales silvestres, aves de corral y algunos compañeros peludos. Perros, gatos y conejos, los cuales, dentro de ciertas normas, nos son permitidos”. Así define Eduardo Restrepo la relación con su mascota y otros animales de campo en Calucé, institución en Chía, donde vive desde aproximadamente hace 5 años.

La domesticación de animales es una tradición de antaño por la utilidad, compañía, el cariño y alegría que nos brindan, por esto mismo, las mascotas deberían hacer parte de la cultura organizacional de las instituciones campestres, aprovechando así los espacios naturales que oxigenan la convivencia, aspecto de especial relevancia.

En países como Suecia, Estados Unidos y Australia se reconocen las bondades de la compañía de las mascotas y su importancia en la vida humana. Un artículo referente al tema afirma que “Los campos de aplicación son muchos (psiquiatría, neurología, rehabilitación física y mental, oncología, cualquier tipo de enfermedad crónica…), y pueden aplicarse a cualquier edad, desde la primera infancia hasta la senectud”. (Lozano, 2014)

Las mascotas son parte de la familia y cómplices amigos generadores de reacciones positivas a nivel social y emocional, convirtiéndose en seres fundamentales en procesos de acompañamiento y bienestar psicológico, tal como lo refiere desde hace años el psiquiatra Boris M. Levinson (1964) en la “Terapia con mascotas”; inclusive, se convierten en la excusa perfecta para generar relaciones interpersonales y ampliar los procesos de comunicación, generando así un clima agradable en todos los ambientes.

“Estos animalitos se han convertido en permanente tema de conversación de los huéspedes. Un accidental matrimonio de dos perritos, afortunadamente de la misma raza, (de residentes diferentes), dos tías caninas compañeras habituales de sus compañeros humanos, una felina, trepadora de árboles, escapando con éxito, pero ‘por los pelos’ de sus perseguidores”. Eduardo Restrepo.

Los animales ayudan al estado de ánimo de los huéspedes, da pie a entablar comunicación con los demás, promueven el -no sentimiento de soledad- y se convierten en una compañía permanente para cada miembro en momentos de dificultad física, emocional, mental o socio familiar.

“La terapia asistida con mascotas se ha utilizado en el ámbito motivacional y se les reconoce como un factor protector contra enfermedades cardiovasculares, reductoras del estrés y como liberadoras de endorfinas cuando de caricias se trata” (Gómez, Atehortúa, & Orozco, 2007).

Gansos, patos, conejos, aves, perros y gatos, pueden cohabitar felizmente si cuentan con óptimas condiciones físicas, así como donde se respete ciertas normas y se cumpla con las obligaciones legales correspondientes.

“La interacción huéspedes –mascotas- es increíble. Cumplen su misión en la vida cuidando y atendiendo, no solo a su propietario (aunque yo dudo quien es el propietario), sino a todos aquellos que necesitan, en momentos de angustia, los amorosos mimos de un amigo, que sabe escuchar, y no nos cuestiona” puntualiza don Eduardo Restrepo, un feliz huésped.

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